El Pontificio Consejo «Justicia y Paz» acoge la celebración de la XIX Jornada contra la pedofilia y en favor de los niños víctima de la violencia, de la explotación, de la indiferencia, promovida por la asociación Meter, a realizarse el próximo 3 de mayo de 2015, e invita a cada uno a meditar las palabras del Santo Padre: «¿Quién somos nosotros ante Jesús Niño? ¿Quién somos ante los niños de hoy? ¿Somos como María y José, que reciben a Jesús y lo cuidan con amor materno y paterno? ¿O somos como Herodes, que desea eliminarlo? ¿Somos como los pastores, que corren, se arrodillan para adorarlo y le ofrecen sus humildes dones? ¿O somos más bien indiferentes? ¿Somos tal vez retóricos y pietistas, personas que se aprovechan de las imágenes de los niños pobres con fines lucrativos? ¿Somos capaces de estar a su lado, de “perder tiempo” con ellos? ¿Sabemos escucharlos, custodiarlos, rezar por ellos y con ellos? ¿O los descuidamos, para ocuparnos de nuestras cosas?» (Homilía en Belén, 25 de mayo de 2014).
Aún hoy, son dramaticamente numerosas las diversas situaciones en las cuales los niños y niñas son sacrificados (extirpación de órganos, el aborto, el infanticidio frecuentemente en razón del sexo del niño... ), tratados como una mercancía y vendidos como esclavos, conminados a la prostitución y a la pedopornografía, enrolados como soldados en los conflictos bélicos y dedicados a trabajos de alto riesgo y desgastantes, o incluso reclutados por la redes criminales.
Son así, en definitiva, privados de aquellos elementos necesarios para su desarrollo armonioso e integral.
La importancia fundamental de los derechos de los niños ha sido frecuentemente reafirmada por los Sumos Pontífices y por la diplomacía de la Santa Sede. Es necesario un mayor empeño en todos los sectores (legislativo, educativo, cultural, económico,...), en todos los niveles de competencia y en todos los Países en favor de una mayor tutela de la infancia, en protección del derecho de todo niño y niña de contar con lo necesario para el propio desarrollo armonioso e integral.
Entre estos elementos se señalan: el crecer en una familia abierta a la vida, en la cual se experimentan las relaciones de reciprocidad basadas en la gratuidad y en la donación; la alimentación en cantidad y calidad adecuadas; el vivir en un ambiente sano y disponer de una habitación digna, de vestido, asistencia médica, educación y progresivamente de instrucción destinada a estructurar las capacidades de discernimiento y a agilizar su inserción en el contexto social, politico y economico local; la defensa reoesto de agresiones físicas e ideológicas, así como de la exposición a contenidos obscenos, macabros o desestabilizantes que se multiplican en Internet, el acceso a la cultura y al sano esparcimiento; el acompañamiento en la búsqueda del sentido de la propia vida y de la verdad, con apertura a la dimensión espiritual de las persona humana.
En cualquier situación en la que dicha tutela no esté aún garantizado, no es aceptable la indiferencia.
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Pontificio Consejo «Justicia y Paz» había ya organizado, en relación a esto, una Conferencia de prensa con el Bureau International Catholique de l’Enfance en la cual ha participado el P. Fortunato Di Noto, el 9 de diciembre de 2014.
El sitio web de la asociación Meter
El Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2015, ha ya también señalado cómo entre los múltiples rostros de la esclavitud de ayer y de hoy, se encuentren los de los niños y las niñas. (Cfr. § 3) .
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